Entrevista con Joaquín Garralda: Desafíos y estrategias de sostenibilidad en el ámbito empresarial
12 de julio de 2023
Entrevistamos a Joaquín Garralda, profesor de Sostenibilidad en IE University, que cuenta con una amplia experiencia e interesante visión al respecto de cómo afrontar los desafíos que presenta la sostenibilidad para las empresas.
¿Puedes hablarnos de cómo se ha desarrollado tu carrera profesional en el ámbito de la sostenibilidad?
Mi desarrollo académico ha sido dentro del área de la Dirección General/Estrategia en una escuela de negocios – el IE -, por ello estaba obligado a estar siempre considerando el largo plazo e interpretando los acontecimientos desde esa perspectiva. Esto condujo a que empecé a considerar relevante el concepto de Sostenibilidad desde hace bastantes años.
Por situar una fecha, alrededor del año 2.000 estuve involucrado en el lanzamiento del Pacto Mundial en España en representación del IE, y me integré en la comisión ética del primer fondo ético español, lo que me permitió estar muy cerca del desarrollo de las agencias de información ESG y de la evolución de la Inversión Sostenible en España.
En el año 2.009, participé en la fundación de Spainsif, organización que trata de impulsar la ISR y en la que soy actualmente su presidente en representación del IE. Desde esta plataforma estoy muy cerca de la evolución de la regulación europea sobre la Sostenibilidad, que a partir del 2018 está avanzando sustancialmente.
¿Qué crees que pueden las empresas tecnológicas para mejorar la sostenibilidad del planeta y el bienestar de las personas?
Las empresas tecnológicas tienen un papel fundamental para hacer frente a los retos medioambientales y sociales a los que nos enfrentamos. No podemos seguir manteniendo el mismo modelo de crecimiento que actualmente tenemos, que está basado en la energía de origen fósil. Por otro lado, la digitalización impulsada por las empresas tecnológicas es una pieza esencial tanto desde el punto de vista ambiental, como el social.
¿Cómo podríamos desde nuestras empresas ayudar a nuestros clientes en su estrategia de sostenibilidad?
En primer lugar, favoreciendo el primer objetivo de la Taxonomía creada por la Unión Europea, la mitigación de las emisiones de CO2; es decir, desarrollando programas que mejoren la eficiencia energética, y de todo tipo, de las actividades económicas. Suponiendo que este propósito ya esté bastante integrado en las empresas, hay mucho espacio en el segundo objetivo, el de transición hacia una economía baja en carbono. Aquí el papel de la tecnología es primordial. No se trata de mejorar la eficiencia, sino de innovar en enfoques productivos y en modelos de negocio que partan de considerar distintas fuentes de energía y dejar de utilizar productos y materias primas perniciosas para hacer frente al cambio climático.
Por poner un ejemplo, la industria del cemento, tal como está operando en la actualidad, tiene extremadamente difícil reducir sus emisiones de CO2 por las condiciones químicas de su producción, además de la necesidad de altas temperaturas en los hornos para producir el cemento. Por ello, para lograr alcanzar el objetivo europeo de la neutralidad en carbono el año 2050, necesitan introducir importantes innovaciones, tanto en la producción del cemento, como en su utilización para la construcción. A esto se añade el problema de la gestión y reutilización de los materiales de construcción desechados, para poder alinearse con una economía circular, que es el cuarto objetivo de la UE.
¿Cuál consideras que es la mejor forma de comunicar nuestra apuesta por la sostenibilidad evitando caer en el Greenwashing?
En un estudio realizado por la Comisión Europea en el año 2020, se concluyó que el 53,3% de las declaraciones medioambientales de las empresas productivas europeas más relevantes eran vagas, engañosas o infundadas, y el 40% carecían por completo de fundamento en sus afirmaciones.
Por otro lado, la posible solución de establecer una etiqueta “verde”, fácil de reconocer y con exigentes certificaciones, se encuentran con la barrera de la enorme variedad de etiquetas "verdes" existentes (se identificaron en el estudio unas 230 etiquetas verdes con origen sectorial, nacional, regional, de ONGs, etc. que difieren mucho en cuanto a solidez y fiabilidad.) lo que no ayuda a que el consumidor tenga confianza en su impacto real, provocando un escepticismo generalizado.
Para evitar esta situación, la Unión Europea está desarrollando estándares comunes de sostenibilidad, en base a los que las empresas deben reportar, para poder así facilitar su comparación. En esta misma línea, se está regulando la transparencia de los inversores institucionales – bancos, aseguradoras, gestoras de activos, proveedores de información ESG y asesores de inversión – que pueden tener una complicidad – intencionada o no - en la difusión de los mensajes engañosos de las empresas en las que invierten o prestan. El objetivo es, de nuevo, aumentar la confianza del inversor final en los mensajes de Sostenibilidad de las empresas en las que invierten sus ahorros.
Consecuentemente, la recopilación de los datos de acuerdo a unos estándares aceptados y su utilización inteligente para tomar decisiones, es la base de una comunicación creíble que no sea objeto de críticas por greenwashing.
¿Cómo potenciamos que todas las personas que conforman una organización se involucren en iniciativas relacionadas con la sostenibilidad?
Indudablemente, a través del compromiso y liderazgo de la alta dirección, a través de unos mensajes formalizados o implícitos, basados en unas narrativas creíbles y coherentes con los valores de la empresa.
¿Podrías darnos algún ejemplo de iniciativa relacionada con la sostenibilidad que te parezca especialmente interesante?
Para muchas empresas el reto más importante en un futuro cercano es gestionar la influencia ambiental y social de las empresas a lo largo de toda su cadena de valor. Desde los suministradores, hasta el uso por los consumidores finales, pasando por la logística y distribución. Ante este reto, la solución son las alianzas con estas empresas o consumidores relacionados. En este sentido, un ejemplo especialmente interesante es la alianza de Inditex con BASF, la gran empresa química alemana, que les ha permitido desarrollar un detergente que reduce hasta un 80% la liberación de microfibras en el lavado de la ropa; lo cual, además de evitar el problema de los microplásticos en el mar, ayuda a prolongar su vida útil.