No podemos vivir la vida que no queremos, eso es lo más inconfortable del mundo
24 de agosto de 2022
En esta conversación, os invitamos a viajar con nosotros y emprender una aventura fascinante y adrenalínica. Esta vez, en el plató de Sngular, José Manuel Calderón se sienta con Albert Bosch, explorador y divulgador de Sant Joan de les Abadesses que ha convertido su vida en un continuo viaje lleno de experiencias en la naturaleza y de crecimiento personal.
Albert es uno de los mayores exploradores y aventureros del mundo. Haber cruzado la Antártida, pasando por 48 días de recorrido completamente sólo, haber completado el proyecto ‘7 Cumbres’, y haber participado en 9 Dakars, son solamente algunas de las múltiples experiencias que este personaje ha vivido.
UNIQ, Reflexiones Inspiradoras por Sngular y Kia, acoge, una vez más, una persona con grandes aspiraciones y gran ambición que le ha permitido cruzar el umbral del éxito. Para Bosch, el destino es una excusa y el deporte solo es un medio, el objetivo real es la aventura y explorar.
Albert nos comparte su pasión por vivir la naturaleza en su estado puro más extremo, enfrentándose a ella y a él mismo, aprendiendo a ser humilde frente a la fuerza inhumana de la naturaleza.
“Si los viajes no te provocan un cambio y una evolución en ti mismo, te has perdido el viaje.”
A mí no me gusta el riesgo
Albert Bosch no es únicamente un explorador, también es un gran divulgador, habiendo publicado ya varios libros en los cuales comparte sus reflexiones a partir de los aprendizajes extraídos de las magníficas aventuras vividas.
Desde pequeño, Albert era una persona inquieta, con constantes ganas de explorar, sobre todo en entornos de montaña, buscando espacios abiertos y sin límites.
El motor principal de sus experiencias inicialmente era la adrenalina, pero con el paso del tiempo esa motivación se transformó, dejando de lado la efimeridad de las sensaciones y poniendo en su lugar algo mucho más profundo.
Mientras algunos podrían pensar que las aventuras sean para Albert alguna manera de evitar la realidad, casi como una forma de escapismo, el aventurero nos confiesa lo contrario. Para él, el día a día no es un sufrimiento ni un sacrificio, al revés, su vida de pueblo es su zona de confort en la cual se encuentra cómodo y a gusto.
Albert nos comparte una observación que nos lleva a reflexionar ante la corriente de pensamiento actual de salir de nuestra zona de confort, diciendo que no debemos buscar la incomodidad, sino encontrar nuevas comodidades, nuevas zonas de confort, porque es en ese espacio donde más se aprende y se evoluciona.
Así que, cuando Bosch comparte una frase que podría parecer tan contradictoria como la del título de este párrafo, ésta cobra sentido una vez entendido el verdadero objetivo del explorador en sus aventuras.
Si no evolucionamos nos perdemos muchísimo
La carrera deportiva de Bosch empezó con alpinismo y motociclismo de montaña, con el tiempo empezó a acercarse a otras disciplinas, enamorándose de una en concreto, el Dakar, su gran sueño. Se podría decir que con la adquisición de esta nueva pasión tomó forma la faceta más aventurera de Albert.
Más adelante Albert le comentó a José Manuel Calderón que tuvo que abandonar esa disciplina que tanto amaba, por el respeto aún más grande que sentía por la naturaleza.
Albert Bosch es un ambientalista consciente de la situación que sufre hoy en día el planeta tierra debido a las acciones del hombre y muy atento en el impacto que tienen sus actos, y el Dakar en concreto no es un deporte acorde con esos valores de sostenibilidad tan inculcados en él.
Este sentimiento de responsabilidad que Bosch ha desarrollado, ha alcanzado su culmen en el instante en el cual Albert consiguió alcanzar el punto más alto de toda la tierra. En la cima del monte Everest, Albert tenía literalmente todo el mundo por debajo de sus pies, y esa experiencia, aparte de alimentar su ego, le inyectó un sentimiento enorme de responsabilidad e inquietud por querer defender al máximo la naturaleza.
Yo hago el amor con la naturaleza
Estar en constante contacto con la naturaleza ha creado un vínculo tan potente que Albert Bosch lo asocia al acto amoroso, el deseo carnal. Albert se enfrenta y vive la naturaleza al extremo y en su estado más puro.
“Yo hago el amor con la naturaleza”
Las experiencias que el explorador ha vivido son tan increíbles que resulta prácticamente imposible incluso el acto de imaginar lo que uno puede llegar a sentir en ciertos entornos.
Albert nos explica que la misión como aventureros siempre es hacer bien lo que depende de ellos, “pero cuando ya dependes del azar, no siempre te beneficia”. Es así como Albert más de una vez ha llegado a encontrarse en situaciones en las cuales la supervivencia era la única preocupación.
“Tu única prioridad es llegar vivo esa noche”
Frente a la magnitud y potencia de la naturaleza, Albert ha adquirido un gran valor de humildad que le ha permitido tener mucho respeto y precaución ante los diferentes entornos .
“No podemos ser soberbios ante la naturaleza… La naturaleza es un proceso, y nosotros formamos parte de ello… la humildad es fundamental”
Cuando José Manuel Calderón le pregunta cuál fue la misión más increíble para él, Bosch nos habla de su viaje en Antártida, en el cual, tan solo después de 31 km, cuando aún quedaban 1170 km de camino, su compañero tuvo que abandonarlo y Bosch se encontró completamente solo durante 48 días en ese ambiente frío y casi inerte.
“Sabía que tenía que estar allí”
La sabiduría del aventurero es palpable y en esta conversación Albert nos regala algunos aprendizajes seguramente dignos de reflexión.
Una vez más oímos hablar de la importancia de tener motivos, motivación, y de no hacer las cosas por hacer. Es por eso que Albert nos recuerda que es fundamental ser sincero con uno mismo:
“no lo hagas solo por hacerlo, no te autoengañes, y si de verdad lo deseas, ten coraje.”
Se necesitan más exploradores
Después de escuchar esta conversación, entendemos que ser explorador no representa solamente una profesión deportiva, sino que implica adoptar una mentalidad diferente y actitud ante el mundo, basada en tomar mayores riesgos para conseguir resultados y resolver problemas.
Albert Bosch nos invita a buscar esa faceta de exploradores que llevamos dentro para tomar las riendas de nuestra vida y enfrentarnos de forma más creativa a la realidad.
“Somos muy explotadores y tenemos que ser más exploradores.”
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