Desarrollo sostenible: Minimizando la huella digital y optimizando el consumo

La sostenibilidad se ha convertido en un pilar esencial en el diseño y desarrollo de productos digitales. Las empresas tienen una responsabilidad cada vez mayor de adoptar prácticas sostenibles, no solo por razones éticas y regulatorias, sino también por las oportunidades estratégicas que esto ofrece. Por ejemplo, estudios recientes revelan que ver cuatro horas de video en streaming puede generar la misma huella de carbono que recorrer 50 kilómetros en coche. Este dato subraya la urgencia de implementar medidas que optimicen recursos, reduzcan costos y minimicen riesgos operativos..

En este artículo anterior, exploramos cómo evaluar y diseñar productos digitales sostenibles. En esta ocasión, nos centraremos en cómo minimizar la huella digital, optimizar el consumo, medir impactos y aplicar estrategias innovadoras que permitan avanzar hacia un futuro más sostenible y responsable.

Si buscas profundizar en estos temas, te recomendamos el webinar Sostenibilidad: IA y automatización para CSRD, donde se exploran estrategias clave con expertos en el área.

Reducir la huella digital: Más eficiencia, menos impacto

El procesamiento en cloud, los datos y la inteligencia artificial te ayudan a trabajar y crecer más rápido y de manera más eficiente. Sin embargo, la digitalización también conlleva un crecimiento masivo de uso en los centros de datos, los cuales son conocidos por consumir grandes cantidades de energía y agua. Las últimas cifras de NVIDIA hablan por sí solas. Los ingresos de la empresa por centros de datos aumentaron un 171 por ciento en un año, alcanzando un total de 10.300 millones de dólares. 

Muchas empresas tienen en cuenta el consumo físico de recursos, pero no tanto el impacto digital, aquel que no vemos directamente a la hora de programar el software. Según un informe de Greenpeace, ya en 2017 la huella ecológica del tráfico digital en internet era del 7% de la electricidad mundial. Es decir, si internet fuera un país, sería el 6º más contaminante del mundo en emisiones de CO2. Actualmente, y comparado con 2017 donde la nube era solo una "concepción", el impacto con la IA y los macrocentros de datos computando imágenes random para gente aburrida, es desmesurado. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE) los centros de datos tendrán un consumo previsto de 400 TWh en 2030, y un 40% de este consumo proviene de su refrigeración. De hecho, según un estudio realizado por ING Bienestar Digital, cada Giga de descarga consume 200 litros de agua sólo para refrigerar los servidores. De media, cuatro horas viendo vídeos en el móvil contamina lo mismo que un coche recorriendo 50 km.

Debemos mirar nuestros problemas de frente y buscar una optimización de todo este consumo. Esto no sólo va a ayudar a reducir el impacto, si no que además la eficiencia proporcionada por utilizar código verde y una arquitectura optimizada en nuestro cloud también va a ser buena para nuestro bolsillo. No sólo esto, si no que al generar un software más eficiente, va a mejorar también la usabilidad y el posicionamiento de nuestras aplicaciones o webs Además estarán preparadas para una regulación cada vez más estricta. De momento, con la llegada de la CSRD, ya vamos a tener que reportar el consumo de nuestro cloud y otros proveedores.

Empresas como Google y Microsoft están liderando el camino con sus compromisos para operar con energía 100% renovable, y ofreciendo dashboards con el CO2 equivalente y esto debemos saber aprovecharlo como empresas responsables. Un estudio de Accenture junto con el Foro Económico Mundial (WEF) afirma que el uso de software eficiente puede reducir el consumo de energía hasta en un 20%.

Para abordar este desafío de manera efectiva, en SNGULAR hemos desarrollado una autoevaluación que permite realizar un análisis rápido del estado de madurez en sostenibilidad, eficiencia energética y uso de recursos dentro de tu empresa. Este ejercicio ayuda a identificar tanto fortalezas como áreas de mejora, facilitando la toma de decisiones informadas y estratégicas para avanzar hacia un futuro más sostenible.

Estrategias para generar una huella digital responsable:

Uso de código verde:

Es decir, diseñar software eficiente que minimice el consumo de recursos. Por ejemplo, minimizar el registro innecesario, optimizar las operaciones de entrada/salida (I/O) y reducir las llamadas a la red. Incluso, considerar lenguajes de programación más eficientes (como Rust o Go en lugar de Python o Java cuando tenga sentido). Según un informe de la Iniciativa Global e-Sustainability, adoptar prácticas de codificación verde puede llevar a una reducción del 30% en el consumo de energía de las aplicaciones.

Algoritmos eficientes:

Reemplazar un algoritmo O(n^2) con un algoritmo O(n log n) para ordenar y procesar grandes conjuntos de datos, por ejemplo, puede reducir el tiempo de CPU requerido.

Testing eficiente:

Utilizar pruebas automatizadas que no sólo detecten los posibles errores, sino también te ofrezcan sugerencias para mejorar la eficiencia y eficacia del código.

FinOps y delivery excellence:

Implementar una arquitectura adecuada a través de estas metodologías te lleva a prácticas eficientes y medibles de gestión de la nube para reducir costes, mejorar la agilidad y escalar de manera sostenible. Es importante tener en cuenta la fuente de energía y planes de sostenibilidad de nuestro proveedor cloud (Google, por ejemplo, está trabajando para utilizar energía 100% renovable y han conseguido reducir con DeepMind un 40% en la energía utilizada para el enfriar sus servidores). Su uso adecuado y controlado aprovechando servicios de escalado automático y apagado de instancias inactivas, o arquitecturas serverless, optimizan la eficiencia. La virtualización y contenerización con herramientas como Docker y Kubernetes permite maximizar la eficiencia del uso de recursos. Según un estudio de IBM, las empresas desperdician alrededor de un 32% de su gasto relacionado con servicios cloud.

Uso y almacenamiento de datos optimizados:

Consiste en utilizar estructuras de datos eficientes para reducir el volumen de datos innecesarios almacenados y transmitidos utilizando, por ejemplo, técnicas de compresión o de duplicación. Estas técnicas pueden reducir hasta un 95% el almacenamiento necesario.

Trazabilidad y medición: Transformando los datos en acción sostenible

Otro de los principales retos cuando entramos en temas de sostenibilidad y eficiencia es la dificultad de medir y reportar resultados clave. Se deben recoger, normalizar y consolidar tanto los datos cuantitativos como cualitativos relacionados con los IROs (Impacto, riesgos y oportunidades) de las temáticas materiales que afectan a tu empresa (el marco SASBI es de mucha ayuda para su identificación). 

Muchas empresas lo trabajan con un excel, pero de cara a automatizar y simplificar el proceso se pueden integrar en un sistema de gestión ambiental (SGA) o crear tu propio dashboard conectado a multitud de fuentes de datos y vinculado a costes de procesos, ineficiencias y consumos asociados. Incluso poder conectar a la misma fuentes de datos de proveedores y socios comerciales, asegurando que todos los actores involucrados adopten prácticas responsables que afecten a tu negocio. 

No vale transformar tu negocio sostenible, y trabajar con fábricas en las que existe explotación infantil o responsables del detrimento de la biodiversidad marina en su entorno. Trabajar el Gobierno del Dato, como hemos hecho para algunos clientes con el objetivo de optimizar su proceso de stock, es útil también de cara a obtener relaciones e impactos entre proyectos, mejorar la calidad, la gestión y la reutilización de soluciones. Otro ejemplo es la joint venture que hemos creado con Ferrovial, para la optimización del trabajo relacionado con movimiento de tierras en grandes obras, o el diseño de auténticas fábricas móviles utilizadas en sitios de construcción a gran escala, que son eficientes y minimizan el impacto ambiental mediante el uso de IA, IoT y análisis de datos.

Esta integración tecnológica facilita la alineación con los European Sustainability Reporting Standards (ESRS) y permite cumplir de forma más eficaz con las demandas de transparencia y responsabilidad. Así, la gestión de datos bajo la CSRD no solo es un desafío de cumplimiento normativo, sino también una oportunidad estratégica para optimizar procesos, reducir riesgos, identificar oportunidades, y mejorar la toma de decisiones implementando modelos predictivos y analizando la información en tiempo real. 

Otro ejemplo que trabajamos al respecto para un cliente del ámbito de la construcción, fue una plataforma que ofrece información del coste e impacto de los materiales utilizados en cada proyecto, así como sugerencias para mejorar el proyecto desde un punto de vista doble: financiero y sostenible.

Gobernanza y gestión del cambio: Claves para liderar la transformación sostenible

Esto nos lleva a otro punto crucial: la gobernanza y la gestión del cambio. Pero no basta con definir objetivos; es fundamental integrarlos en la cultura y las operaciones diarias de la organización, asegurando la implicación y compromiso de todas las áreas. La CSRD no solo promueve la transparencia en el reporting, sino que también desafía a las empresas a repensar cómo gestionan sus operaciones, identifican riesgos y oportunidades, y planifican a largo plazo.

Un plan de sostenibilidad efectivo debe ser claro, alcanzable y acompañado de un enfoque estratégico que permita identificar los riesgos, oportunidades e impactos (IROs) más relevantes. Esto incluye tanto la definición de objetivos claros como la implementación de herramientas que faciliten la automatización, la gobernanza de datos y el seguimiento continuo del progreso.

El liderazgo también juega un papel crucial en este proceso. Contar con líderes comprometidos que impulsen estas iniciativas y gestionen el cambio de manera proactiva es esencial. Anticipar resistencias, diseñar estrategias para superarlas y mantener claridad en las metas son pasos fundamentales para que las iniciativas de sostenibilidad se traduzcan en resultados concretos.

Metodologías como los OKR (Objetivos y Resultados Clave) son herramientas valiosas para alinear los esfuerzos de sostenibilidad con la estrategia global de la empresa. Por ejemplo, un plan bien diseñado puede incluir objetivos específicos para reducir el impacto ambiental mientras se maximizan las oportunidades de innovación. Además, nuestro curso de Sostenibilidad Efectiva: Normativa, OKR e IA puede ser un recurso práctico para desarrollar y ejecutar este tipo de planes. Este curso proporciona las herramientas necesarias para identificar IROs, implementar metodologías eficientes y establecer un plan cultural que acelere la integración de la sostenibilidad en la organización

En definitiva, los desafíos como el agotamiento de recursos y el cambio climático han hecho que las prácticas sostenibles sean cruciales para la continuidad del negocio. Las empresas que actúen ahora para aprovechar los beneficios del diseño y desarrollo sostenible estarán mejor posicionadas para prosperar en las próximas décadas.