Desmitificando la Inteligencia Artificial: una visión de presente y futuro

Hace ya unos años que considero que la inteligencia artificial (IA) ha “salido de los laboratorios” para convertirse en una herramienta que ya está presente en muchos sectores, de forma transversal. En este artículo me gustaría que dejásemos atrás --por ahora-- los mitos de la ciencia ficción relacionados con la Inteligencia Artificial General y animarte a explorar la IA como una herramienta, no solo tecnológica sino también social y ética.

Tradicionalmente, hemos entrenado con conjuntos de datos utilizando algoritmos de Machine Learning/Deep Learning con el fin de encontrar patrones, de generar conocimiento que a veces es incluso imperceptible al ojo humano. Los aciertos, errores y sesgos nos llevaron a explorar nuevos caminos preguntándonos más allá de lo técnico. Aprendimos que la diversidad en los equipos humanos y en los conjuntos de datos es esencial para detectar y mitigar los sesgos en una tecnología que está decidiendo cada vez más aspectos de nuestras vidas. Hoy traigo tres temas de impacto social que, unidos al avance de la IA, seguro son de interés: trabajo, información y regulación.

IA y el futuro del trabajo

La disrupción que la IA podría causar en el mercado laboral es una preocupación importante. Sin embargo, considero que el impacto dependerá en gran medida de la labor específica. En una reunión con Sam Altman en Madrid en la que tuve la oportunidad de participar, él mismo citaba “AI can do tasks, but not jobs”. Me pareció una frase que resume bien el pensamiento de muchos expertos que llevamos años en este mundillo. La IA muestra su mayor fortaleza en contextos acotados y tareas repetitivas, como detectar anomalías, transcribir un audio o extraer valores concretos de información de un documento como podría ser una nota simple. Este tipo de IA es la que denominamos IA Específica. Sin embargo, las tareas más cognitivas, como revisar la coherencia de un texto, son difíciles de automatizar completamente. La colaboración, no la sustitución, es el futuro de la relación entre humanos y máquinas.

El desafío de los deepfakes y la generación sintética de vídeos y voces

En paralelo al progreso positivo, la rápida evolución de la IA generativa ha generado preocupaciones sobre los desafíos éticos y de seguridad que pueden surgir. En particular, me refiero a los deepfakes y la desinformación.

La capacidad de generar voces y vídeos sintéticos que parecen auténticos puede ser utilizada de manera malintencionada, poniendo en juego la veracidad de la información y exacerbando problemas de desinformación y confianza.

Existen esfuerzos, aún en fase de investigación y mejora, para limitar estos posibles abusos, mientras se espera una mayor regulación. Las soluciones propuestas para los deepfakes buscan mejorar la transparencia y la trazabilidad de estos archivos, introduciendo una especie de "firma" digital única que no puede eliminarse y que proporciona información sobre cómo se generó el contenido.

Regulación de la IA en Europa

En Europa, las primeras estrategias de IA datan de 2017. Existe un borrador sobre la regulación de la IA desde hace más de dos años, pues es una cuestión que ha ganado relevancia en los últimos años. En un esfuerzo por incrementar la transparencia y responsabilidad de los modelos de IA, la Unión Europea podría exigir más claridad a estos sistemas. Vivimos un momento técnico asombroso, donde la IA nos ha desbloqueado parte de su potencial.

No obstante, a mí me gusta hacer un símil alrededor de la regulación de la IA con los avances en los coches particulares. Poco a poco al coche se le ha ido dotando de capas y capas de seguridad: cinturones, airbags, ITV, sensórica… incluso ahora son más sostenibles gracias a los motores eléctricos. Ahora pensemos en la IA,.. podríamos ver la implementación de una serie de auditorías diseñadas para brindar mayor transparencia en la forma en que operan los sistemas de IA, trazar en cierto modo con qué datos se han entrenado los modelos, hacerles una “ITV” que nos brindará mayor seguridad a la hora de utilizarlos en nuestro día a día. Ya existen los primeros atisbos como son las model cards o las licencias pensadas para modelos de IA.

Como hemos visto, la inteligencia artificial ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una realidad presente en muchos ámbitos de nuestra vida y de nuestros trabajos. De esta forma, a medida que avanzamos, es fundamental abordar los desafíos éticos y de seguridad que surgen, promoviendo la transparencia y regulación necesarias para aprovechar al máximo el potencial de la IA en beneficio de la sociedad.