Yo también puedo ser un/a Neurolíder
30 de mayo de 2022
Seguramente habréis oído en más de una ocasión que SNGULAR es una empresa flexible, cambiante, que se define por un espíritu de mejora continua. Estas características implican ser capaz de adaptarse continuamente, de aprender nuevos conocimientos y ponerlos en práctica, de ser versátil y poder evolucionar continuamente.
La tecnología y la neurociencia cada vez están más unidas y en los últimos años se ha hecho especial hincapié en entender más en profundidad cómo funciona nuestro cerebro, especialmente en un entorno laboral. Unido a esto, la sociedad actual reclama cada vez más líderes que tengan la capacidad de inspirar, entender, motivar y conectar con equipos diferentes, que ayuden a potenciar la inteligencia colectiva dentro de las empresas y a conseguir equipos más cohesionados e innovadores.
Pues bien, estas capacidades están muy relacionadas con un término que vamos a abordar en este artículo, el Neuroliderazgo*.* El concepto “Neuroliderazgo” ha ido avanzando y adquiriendo diferentes matices en función de la época y la aplicación del mismo a diferentes contextos; no vamos a entrar en una aproximación neurocientífica, pero sí vamos a familiarizarnos con este término y darnos cuenta de que todos tenemos las capacidades para poder ser un/a neurolider.
¿Qué es el neuroliderazgo?
Por tanto, podríamos definir el neuroliderazgo como un conjunto de capacidades que nos permiten conocer mejor los procesosneuronales que intervienen en la gestión de equipos y proyectos. Es decir, el término se refiere a los procesos cerebrales que buscan comprender cada cerebro, la forma de actuar, de pensar y los procesos mentales de los empleados, pues estos pueden ser muy diferentes aun compartiendo un mismo contexto o situación.
Profundizando un poco más, el neuroliderazgo se basa en una serie de principios:
- Cada cerebro es diferente, por lo que hay que entender a cada persona como única y no como parte de un todo.
- De esta forma, una persona puede comportarse de manera diferente ante una misma situación, dependiendo de su estado emocional, aun cuando las circunstancias externas no hayan cambiado.
- Todas las acciones de una persona vienen acompañadas de una emoción, tanto para el que genera la acción como para la persona que pueda recibirla o verse influenciada por la misma.
- La experiencia pasada condiciona nuestro comportamiento presente.
- Por ello, el sistema de recompensa es importante, y para que el cerebro considere una determinada acción como positiva es muy útil el “refuerzo positivo”, es decir, reforzar una conducta para favorecer que pueda repetirse en un futuro con mayor probabilidad.
- La información recibida (o la ausencia de información) afecta a nuestras expectativas y acciones, por lo que el líder debe gestionar muy bien la información que facilita a su equipo, siendo lo más clara y útil posible.
Pero… ¿Y puedo llegar a ser un neurolíder? Tradicionalmente, se ha pensado que un líder debía tener ciertas características innatas, sin embargo, hoy sabemos que las personas podemos aprender continuamente a lo largo de nuestra vida creando nuevas conexiones neuronales y modificando las existentes, sea cual sea nuestra edad, es lo que se denomina “plasticidad cerebral” o “neuroplasticidad”.
Cómo empezar a ser un/a neurolider
Algunos tips para empezar a ser un/a neurolider:
- Tener una visión global
Párate a pensar e intenta ser capaz de comprender y percibir el todo y las partes de una situación, sistema, etc.etc, observando las interrelaciones existentes entre ellas, además del impacto que tienen al estar conectadas.
Todos tenemos esta capacidad, aunque en ocasiones pueda estar poco desarrollada por el ritmo actual de nuestra vida y nuestra sociedad, donde todo ha de hacerse con prisas, en el “aquí y ahora”. Es importante encontrar esos momentos para la “no acción” y activar nuestra curiosidad por ver nuevas y diferentes posibilidades
- Fijar objetivos
Define “objetivos SMART”; específicos, medibles, alcanzables, retadores y limitados en el tiempo. El neurolider promueve la motivación a través de objetivos que hacen saber al resto del equipo hacia dónde van, qué se espera de esas personas, les hace entender cuál es la finalidad de sus acciones y cómo pueden contribuir a esa consecución de objetivos comunes.
En el ámbito laboral, empresas como Google o Youtube utilizan una metodología denominada OKR(Objectives & Key Results), que ayuda a fijar metas realistas colaborativas y fomenta la transparencia. En SNGULAR también aplicamos este procedimiento, pues es útil para alcanzar el objetivo de construir una organización cada vez más involucrada con las personas y que trabaje de manera colaborativa y la visibilidad.
- Actitud, confianza y tolerancia
Un/a neurolíder no se deja llevar por lo “común o normativo”; en este sentido, rompe moldes y tiene una mente abierta para ser receptivo a cualquier situación. Vivimos en un mundo complejo, lleno de incertidumbre, y si percibimos los cambios como oportunidades en lugar de amenazas, podremos estar mejor preparados para dar una respuesta diferente y más óptima a cualquier situación que pueda presentarse.
- Empatía y más empatía
La persona neurolíder necesita control emocional (lo que conocemos como inteligencia emocional) más que capacidad intelectual para poder poner en práctica todo lo comentado anteriormente. Un neurolider piensa más allá de sí mismo; no impone, sino que propone y convence; es capaz de relacionarse, tomándose su tiempo para comprender a las personas y escucharlas con atención, de entender sus necesidades, evitando los prejuicios y siendo justo en su toma de decisiones.
Y sobre todo, el/la neurolíder debe ser consciente de que, a veces, los cambios implican resistencia, y que pueden provocar “sensaciones fisiológicas de molestia”. Por ello, debe esforzarse por comprender los intereses y las perspectivas de cada uno de los miembros de su equipo, especialmente en este tipo de situaciones.
Sabemos que las organizaciones no cambian en sí mismas, lo hacemos las personas que formamos parte de ellas; el cerebro sigue por defecto patrones basados en nuestra experiencia, creencias, etc. pero podemos aprender a pensar y actuar de manera diferente, a generar hábitos, porque nuestro cerebro puede ser nuestro mejor aliado y todas las personas tenemos ese potencial mental que puede hacernos llegar a ser un neurolider.
Bibliografía
El Arte De Transformar, Dra. Wanda Bonet-Gascot 2019
The 9 Habits of a Future Fit Mind (Leadership is Upside Down), 2021
NeuroLiderazgo: comprender el funcionamiento del cerebro para mejorar el rendimiento de los líderes